viernes, 2 de enero de 2015

EPÍLOGO

- Positivo - grité desde el baño y Julian entró corriendo, desesperado.

Se paró detrás de mí y nos miramos a través del espejo, su cara de preocupación era tremenda. Asentí para confirmarle lo que había dicho y llevó las manos a su boca. Temblé hasta que por fin sonrió, de la mejor forma, no le cabía tanta felicidad en el rostro.

- Eso es bueno, no? - preguntó ilusionado y asentí, con los ojos llenos de lágrimas.

Rápidamente me abrazó por atrás, rodeando mi cintura con sus brazos y depositando sus cálidas manos sobre mi panza aún inexistente. Dejo un sentido e interminable beso en mi cuello y, pegando su cara a la mía, volvió a conectar nuestras miradas a través del espejo.

- Te amo - largó, emocionado - Sos lo mejor que me paso, te lo juro, gracias, gracias por esto
- Somos - lo corregí - No lo ignores a él - agregué, pasando mis manos por encima de las suyas
- A ella en todo caso, es nena, gorda
- Es un varón Julian, te lo digo desde ya - dije y bufó
- Es nena, punto final - insistió, tan caprichoso como siempre y reí.

El departamento era un caos, estábamos en plena mudanza y estaba todo lleno de cajas y cosas tiradas por todos lados. Finalmente, después de un par de años de tanto esfuerzo y trabajo nos íbamos a mudar juntos, a un departamento mucho más amplio que quedaba prácticamente en frente a lo de nuestros mejores amigos, quienes ya venían conviviendo hace casi dos años.

"Vas a ser tía, y madrina!"

Le envié a Jenny enseguida, ella, además de Julian, era la única que sabía acerca de mi atraso y preocupación.

"Ay amigaaaaaaaaaa, te amo, estoy gritando como una loca. Que felicidad, mandale un beso a Juli, te llamo ya"

Reí. Me la estaba imaginando a los gritos, saltando, y a Agustin diciéndole que se quede quieta de una vez.


En dos días ya estábamos en el nuevo departamento, instalados, aunque aún con cajas y cosas para acomodar, ya estábamos agotados de tantas idas y vueltas.

- Vos no hagas fuerza amor, yo termino de arreglar todo mañana - dijo tan sobre protector como siempre
- No estoy inválida eh, y ni siquiera tengo panza todavía, relajate - reí y él dejó un beso en mi frente.

Observamos todo y terminamos sentándonos en el nuevo balcón, yo sobre sus piernas y él sosteniéndome con fuerza.

- En qué pensás? - preguntó luego de unos minutos de silencio
- En que no caigo, que estamos mudándonos juntos, esperando un bebé que nos va a unir para siempre, sos consciente de eso?
- Te pone contenta? - preguntó mirándome a los ojos y sonreí
- Muy, es mucho más de lo que siempre soñé
- Te amo - susurró y lo besé - Las amo, a las dos
- A los dos - lo corregí, solo para llevarle la contra y él rió
- Sabías que era mi sueño ser papá? - preguntó serio y negué con la cabeza - Y me hace muy feliz que vos seas la que me lo cumpla
- Vas a ser el mejor papá del mundo, vas a ver - dije acariciando su nuca y sonrió como un nene.


Era raro, estar en una nueva casa, lejos de aquel lugar donde nos conocimos y aquel balcón que había sido testigo de prácticamente toda nuestra historia. Y ahora estábamos oficialmente viviendo juntos, sin pared de por medio, estábamos finalmente del mismo lado y tenía un leve presentimiento de que iba ser así siempre.

jueves, 1 de enero de 2015

CAPITULO 64

* Tenía sus ojos café clavados en mí y juro que no existía nada mejor que esa sensación. Sonreí, algo tímida a medida que se acercaba, con seguridad, hasta el punto de chocar su frente con la mía.

Sus manos se deslizaron desde mis hombros, recorriendo lentamente mis brazos, logrando erizarme por completo la piel, hasta alcanzar mis manos. Las rodeó con delicadeza para luego entrelazar nuestros dedos y volvió a mirarme a los ojos, con una mezcla perfecta de deseo y ternura.

Acorté la poca distancia que había entre los dos y me detuve apenas nuestros labios se rozaron. Él sonrió levemente ante el contacto e inmediatamente soltó mis manos para agarrarme con fuerza por la nuca. Entreabrí los labios como dándole permiso y no demoró ni dos segundos en acercarme más a él para por fin capturarlos con necesidad.

Tuve el impulso de llevar mis manos a su camisa y lo hice, sin importarme nada. La desabroche con algo de desesperación a medida que el beso subía de tono, y él, lejos de sorprenderse ante mi reacción, se la terminó de sacar para luego deshacerse de mi vestido en un solo movimiento.

Volvió a unir nuestros labios mientras me alzaba y rápidamente rodee su cintura con mis piernas. Con algo de torpeza me dejó caer sobre la cama con él sobre mí *


Media hora había pasado desde que se había quedado dormido, y yo no hacía más que mirarlo y admirarlo. Era tan perfecto que no podía ser real. Tenía su brazo por debajo de mi cabeza y yo rodeaba su cintura con el mío, aunque bastante seguido mi mano paseaba por su pecho, dejando una serie de dibujos abstractos con los dedos. Su respiración estaba tan calma que me podría haber quedado escuchándola toda la vida. Pero en algún momento el sueño me venció.


Me desperté sintiéndome un poco rara, o bastante. Él no estaba ahí y por un momento dudé que haya sido otro sueño. El mismo sueño para ser exacta. Pero no, comprobé que había sido todo tan real como mi resaca cuando me levanté para ir al baño y noté que me dolía cada parte del cuerpo, hasta las que no conocía de su existencia. 

Me bañé y salí envuelta en una toalla, hasta que me topé con su camisa en el suelo y sonreí. Me la puse sin dudarlo y salí directamente al único lugar donde podría estar. Nuestro balcón.

Estaba sentado observando el paisaje, tan pensativo como siempre, en ropa interior, con un cigarro en la mano y un poco de humo saliendo de su boca. Contuve la respiración ante semejante escena. Sin decir nada me senté sobre su falda y pasé mi brazo por su hombro. Me sonrió antes de dar la última pitada y luego de un rato finalmente habló.

- Fue la única forma que encontré de convencerte para que no te vuelvas a ir - sonreí y continuó - No quiero perderte otra vez
- Igual tenía pensado quedarme para siempre - dije y sus ojos se abrieron como platos
- En serio? - sonrió tan ilusionado que tuve la necesidad de afirmar todo con un beso, me mataba de ternura.

- Y sobre eso que dijiste ayer... Por si no sabías éste es el país que elegí, ustedes son mi gente, mis amigos, vos, que no se que va a pasar pero siempre entre idas y vueltas terminamos estando juntos. Aunque pasen mil años y personas de por medio, problemas, peleas, siempre terminamos así. Y eso al parecer no va a cambiar nunca
- Yo te lo dije, o no? - preguntó sonriente y fruncí el ceño - Que íbamos a terminar juntos, algún día, después de que yo madurara y todo eso
- No se si maduraste - dije y reímos
- Puede que no, pero ya no me interesa estar de joda todo el tiempo, ni estar con diferentes minas cada fin de semana. Si eso no es madurar decime entonces que es
- Eso quiere decir qué....?
- Que te amo, que te extrañaba y que hace cuatro años estoy esperando este momento, quiero estar con vos y no me importa nada más, te juro
- No te vas a arrepentir, no? - pregunté y negó con la cabeza, muy seguro - Te amo - sonreí y capturó mis labios con ternura.


- Te puedo decir algo sin que pienses que estoy completamente loca? - pregunté mientras él dejaba un par de besos en mi cuello
- Decime, aunque igual un poco loca estás - dijo y le pegué
- Lo que pasó ayer... acá en casa - dije con un poco de vergüenza y él asintió sin entender mucho a donde quería llegar - Me crees si te digo que lo soñé? Así tal cual como fue, cada detalle
- No - dijo entre risas y me quejé
- En serio tonto, no se que fue, pero el día antes de conocerte tuve ese sueño - me seguía mirando raro - Ay no se, lo que quiero decir es que aquel día cambió mi vida por completo, te conocí y me desordenaste todo. Y ahora pasó lo mismo, no puede haber sido casualidad
- No entiendo, crees en vidas pasadas y esas porquerías? - preguntó gracioso y bufé
- Sos un tarado, no se para que te cuento - dije algo ofendida y él rió para luego llenarme de besos
- Estás loca, sos bruja, vidente, crees en otras vidas, o lo que sea, pero no me importa, te amo igual - dijo en modo cargoso mientras me abrazaba con fuerza intentando que no le pegara por las cargadas.

CAPITULO 63

Se bajó del auto y me extendió la mano para ayudarme a mí que estaba algo inestable. Me solté enseguida de su agarre pero él no demoró mucho en rodear mi cintura con su brazo. Me dio ternura que me ayudara a subir las escaleras, parece que aún recordaba lo que odiaba el ascensor. Finalmente llegamos al tercer piso y le alcancé mis llaves para que me ayudara a abrir, estaba algo torpe. Una vez adentro le agarré la mano con fuerza, no quería que se fuera, por nada del mundo.

- Quedate, a tomar algo, no se - supliqué con la poca voz que me quedaba
- No da
- Por favor - insistí y suspiró.

Cerró la puerta con llave y sonreí victoriosa.

- Qué tenés de tomar para ofrecerme?
- No se, era una excusa - dije y me dedicó una media sonrisa
- Un café me parece lo más sano - comentó ignorándome mientras caminaba hacia la cocina y bufé, por qué se tomaba todo tan literal?

Unos cuantos minutos después volvió, con una taza en cada mano, y se sentó a mi lado en el sillón.


- Resumime estos cuatro años en cuatro oraciones - propuso con una sonrisa y mi cara de confusión lo hizo reír
- No puedo conectar dos palabras y querés cuatro oraciones?
- Dale, si lo haces bien después me toca a mí - dijo y eso me motivó a concentrarme.


- Volver a estar todos los días con mi familia.

Él asintió y me hizo gestos de que siguiera.

- Estudiar y vivir para la facultad.

Volvió a hacer los mismos gestos.

- Extrañar día y noche a mi ex novio que me dejó porque no estaba preparado para tener novia.

Rió y lo odié por eso.

- Creer que lo había superado por acostarme con otros tipos que no me duraban más de un par de meses.

Su cara se tensó con la última, bueno, era un buen resumen dentro de todo.


- Mira vos, no perdiste el tiempo - dijo algo cortado y reí, dándole la razón
- Supongo que vos tampoco, dale, ahora te toca a vos - le golpeé el hombro y bufó.

Estuvo unos minutos pensando hasta que por fin habló.


- Arrepentirme todos los días de haber dejado a mi novia, por pendejo boludo.

Contuve una sonrisa mientras él jugaba con sus dedos, nervioso.

- Esperar a que Jenny me diera noticias tuyas, deseando que algún día me dijera "vuelve".

- Estar con otras minas para terminar dándome cuenta que fue cualquiera haberte dejado y que en realidad sí estaba preparado, siempre lo estuve.

Tragué saliva.

- Y esperarte, como un boludo, esperarte con bastante ilusión, esperar y seguir esperándote.


Se produjo un silencio algo incómodo. Quería abrazarlo, quería llorar, quería pegarle, todo junto.

- No sabía todo esto - dije finalmente, sin despegar mis ojos de los suyos
- Ya lo se, tampoco quería que lo supieras, sabía que se iba a dar todo naturalmente.

Por qué? Por qué era así de perfecto? Y qué estaba esperando para recuperar todo este tiempo perdido?

- Me hago pis - grité y rió, siempre tan oportuna - Ya vengo, esperame

Corrí hasta el baño de mi habitación y me horroricé cuando antes de salir me miré al espejo. Estaba completamente despeinada y tenía todo el maquillaje corrido. Supuse que el suceso con Julian en la fiesta había sido el culpable de mi boca de payaso y reí avergonzándome de mí misma. Cómo él seguía intacto? Me peiné un poco y me lavé la cara, dejándola al natural, por fin.

Al salir me sorprendí un poco y quedé inmóvil. Estaba sentado sobre mi cama, muy relajado.

- Al fin nena, me estaba por quedar dormido - sonrió tierno y me mordí el labio para no sonreír yo también

Se paró hasta quedar frente a mí mientras yo seguía mirándolo confundida. Qué estaba esperando para terminar con lo que había empezado en el boliche?

miércoles, 31 de diciembre de 2014

CAPITULO 62

- Vos qué haces? - preguntó con una sonrisa y fruncí el ceño algo confundida, me estaba tomando el pelo? - Te estas yendo? Ya?
- Qué te importa? - revoleó los ojos y volvió a mirarme serio, ignorándome y esperando una respuesta - No, no me voy, estoy buscando el baño, querés acompañarme? - pregunté irónica y largó una risa.

Quise morir, en ese instante. Por qué le preocupaba que me fuera? Por qué estaba tan fuerte? Por qué se reía de esa forma tan... él?

- Es una buena propuesta - contestó divertido - Pero prefiero tu cama antes que el baño de un boliche.

Lo empujé con fuerza pero no conseguí ni siquiera moverlo del lugar, solo logré que se riera aún más, lo cual me podía, demasiado.

- Qué te haces el gracioso? Estúpido
- Bueno, ey, era un chiste Ori - me sonrió tan tiernamente que aflojé y terminé riéndome yo también
- Permiso - me di vuelta y seguí caminando, probablemente si me seguía mirando con esa sonrisa hubiera sido muy débil.

Esta vez había menos fila para el baño y a los cinco minutos ya estaba saliendo, por suerte.


- Ay, cuándo te volviste tan bruto? - grité cuando sentí la pared fría chocar contra mi espalda descubierta por el vestido, y su mano agarrando mi muñeca con fuerza
- Te estaba esperando, cómo tardan las minas acá adentro - dijo ignorándome por completo
- Soltame - rogué, aunque eso no fuera precisamente lo que quería.

No me hizo caso y miré hacia nuestro alrededor. No había nadie, solo gente que entraba y salía cada tanto del baño pero en el pasillo, nadie más. Suspiré rendida y por primera vez en lo que iba de la "charla" lo miré a los ojos.

- Me estás lastimando - dije en un hilo de voz y me soltó enseguida, pero sin dejar de arrinconarme con su propio cuerpo - No hablaba precisamente del brazo - agregué y agachó la mirada
- Me parece que nos merecemos una charla - dijo completamente serio y asentí, sin dejar de mirarlo - No es el mejor lugar pero podemos vernos un día de estos y...
- Sí, me parece bien - lo interrumpí - Ahora me dejas ir? Por favor
- No - dijo firme, apoyando sus manos a cada lado de mi cintura y levanté ambas cejas, incrédula.

Seguía mirándome serio y me puso un poco más nerviosa de lo que estaba, si es que eso era posible. El corazón me latía a mil por hora.

No me dio tiempo a reaccionar que ya lo tenía sobre mí, moviendo sus labios entre los míos a un ritmo que estaba a punto de volverme loca. Le seguí el juego aunque me parecía que no era lo más racional, pero qué más daba? Jamás, ni en nuestro peor momento, me hubiera podido resistir a algo como eso. En un descuido bastante consciente le di paso a su lengua y eso definitivamente fue el fin de mi cordura. Llevé desesperadamente mis manos a su nuca mientras él se pegaba literalmente a mi cuerpo, presionándome contra la pared de aquel lugar.

Visto de afuera era sin dudas una escena de dos adolescentes que se besaban por primera vez, siendo que teníamos yo 23 y él 25, no éramos ningunos adolescentes y teníamos ya bastante historia de por medio.

Me estaba quedando sin aire cuando se separó, dándole una leve mordida a mi labio inferior como para volverme un poco más loca de lo que ya estaba. Me llevó un tiempo volver a abrir los ojos y él rió por eso. Lo mire algo avergonzada y me dedico una de esas sonrisas que me hacían morir.

Dónde podía esconderme ahora?

- Qué se supone que estamos haciendo? - pregunté agarrándome la cabeza y él se encogió de hombros bastante divertido - Deja de mirarme así Julian, no podemos ser tan pendejos
- Uy basta, deja de pensar tanto las cosas, ya está
- No, no está nada, cuatro años pasaron, no me puedo hacer la que no pasó nada, no puedo ser tan indiferente como vos
- Te pensás que no se lo que pasó? De verdad crees que no me afectaron cuatro años de no verte? Enterándome de tus cosas solo por lo poco que Jenny me contaba de vos? - a esta altura tenía ya los ojos llenos de lágrimas y con cualquier cosa que me fuera a decir explotaría - Me acordaba de vos en cada cosa que hacía y te extrañaba cada día como si fuera el primero, aunque no seas consciente de eso
- Yo no...
- No sabías, no? - me interrumpió, de mala gana - Claro que no sabías, si estabas ocupada con tu nueva vida...
- No digas eso, vos fuiste el que me dejaste de un día para el otro, qué querías que hiciera? No tenía ganas de verte todos los días en el pasillo y saber que no querías estar conmigo, no se, no podía soportarlo
- Yo tampoco podría soportarlo, seguramente al poco tiempo me iba a arrepentir - dijo y me mordí el labio mientras rodaba los ojos - Pero ya fue, volvé al país que elegiste, con tu gente, esto no da, somos muy pendejos
- No seas idiota - grité fastidiosa y se alejó, despeinándose el pelo.

Le dio una especie de piña al aire y se fue, largando humo prácticamente. Bufé y limpié mis lágrimas para volver con mi amiga. Ahora sí, definitivamente quería irme de ese lugar. Entre tantas vueltas la encontré, seguía con los chicos y ahora se les había sumado Julian, genial.

- Gorda, dónde estabas? - preguntó Jenny muy sonriente cuando me vio
- En... el baño - forcé una sonrisa y Julian hizo un fondo blanco con el fernet, evitando mi mirada
- Vení, tomate algo - gritó eufórica alcanzándome un vaso lleno.

Lo miré dudosa pero a los pocos segundos me había tomado todo. Me quemó la garganta y todo el cuerpo y grité con una cara de asco tremenda. Era vodka puro, no habían dudas. Jenny y Agus rieron cómplices y les dediqué mi peor cara.

Al poco rato estaba bailando con ella, sacadísimas las dos. Seguía cruzando miradas con Julian cada tanto, pero su cara no era la mejor y la mía menos, nos mirábamos como con bronca. Al final no se cual de los dos debería ser el enojado, pero ya a esta altura daba lo mismo.


Terminamos la noche las dos agotadas, sentadas en la vereda, junto con Maxi que nos acompañaba en el estado y Agus y Julian que estaban como supervisando todo. Serios los dos, entre Agus que no había tomado porque manejaría el auto de Maxi y Julian que había tomado pero seguía en modo ofendido y no pensaba dirigirme la palabra.

- Nos vamos? - preguntó Agustín mientras la ayudaba a Jenny a levantarse
- Todavía no - grité riéndome y Jenny estiró la mano para que le chocara
- Bueno nosotros nos vamos ahora, se toman un taxi cuando se decidan - intervino él, desde la discusión que no le escuchaba la voz
- No, vamos dale - dijo Maxi y entre los dos nos ayudamos mutuamente a pararnos, muertos de risa.

Nos dirigimos todos hacia el auto de Maxi, Agus se sentó adelante con Jenny y yo atrás entre medio de los otros dos. El viaje se hizo un poco largo y era algo incómodo sentirlo al lado mío pero que me ignorara de esa forma.

- Los dejo a ustedes dos primero - dijo mirando por el espejo y enseguida giré la cabeza para mirarlo a Julian.

Se encogió de hombros y suspiré, eso contestaba una de mis preguntas, seguía viviendo allí.

CAPITULO 61

- Vine a probar, me quedo ahora por el verano, pero si consigo trabajo no me voy más - respondí y sonrió
- Siempre dijimos que íbamos a trabajar juntas, espero que cumplas - me amenazó y asentí entre risas.

Pasaron un par de horas y el alcohol ya me estaba pegando, hacía mucho que no salía con ellos y acá, extrañaba tanto esto. Tuve ganas de ir al baño y como Jenny no pensaba despegarse de su novio, fui sola. Empecé a caminar entre la gente hasta que por fin lo encontré, y después de 15 minutos de cola ya estaba afuera, buscando nuevamente a los chicos.

La gente me empujaba y eso no hacía más que ponerme de mal humor. Me pedí una cerveza en una barra que encontré en el camino y seguí caminando hasta que de repente la vi, a Jenny, abrazada de alguien que no logré identificar. Me acerqué un poco más hasta que me vieron y Jenny se separó de aquel chico, mirándome con una sonrisa tan grande que me cohibí. Él se dio vuelta casi en cámara lenta y me petrifiqué.

No, no, y no.

- Te acordás de él o los tengo que presentar? - preguntó agarrándolo por los hombros y poniéndolo de frente a mi, como para que lo viera bien.

Quise desaparecer en ese mismo instante. No había venido preparada para volver a verlo y no supe como reaccionar, simplemente me quedé callada y la miraba a mi amiga esperando que me ayudara.

- Hola, no? - dijo él muy relajado y volví a mirarlo, deteniéndome en sus ojos
- Hola - respondí en un hilo de voz y por primera vez sonrió, cortando con el clima tan tenso que se había generado.

Dejó un beso en mi mejilla y se alejó, volviendo con Jenny. Mientras tanto yo seguía en la misma posición, dura, sin saber qué hacer. Me dediqué a observarlo por un largo rato, mientras "disimulaba" bailando con los chicos. Con una mano agarraba la de Jenny y la hacía girar al ritmo de la música y en la otra llevaba un vaso de fernet, eso no había cambiado. No paraba de sonreírle a mi amiga y cada vez que lo hacía sentía un gran vacío en la panza.

Estaba mucho más lindo de lo que lo recordaba. Había cambiado el corte de pelo, lo llevaba más corto y el flequillo peinado hacia arriba. Seguía con el mismo buen gusto para vestirse, tenía un chupín negro y una camisa a cuadros metida hacia adentro con dos o tres botones abiertos.

- Disimula un poco boluda - susurró Maxi y Agus largó una risa
- Idiotas, nada que ver - me quejé para luego tomar un trago interminable de cerveza
- Hasta Venezuela llega la baba - comentó Agustín y le pegué.

- Qué hace acá? - pregunté intrigada
- Lo mismo que vos, vino a ver a su amiga - explicó Maxi como si yo estuviera al tanto de todo lo que pasaba acá
- Siguen siendo amigos?
- Sos o te haces Oriana? - preguntó Agus confundido y me encogí de hombros
- Bueno que se yo, Jenny no me habló nunca de Julian
- Uh, no te contó nada de nada? - preguntó Agus poniéndose serio y se miraron un poco entre ellos
- Nada de qué? - me empezaba a preocupar
- De... de su hijo - dijo y quedé helada
- Qué?
- Juli tiene un nene de 2 años y medio, me vas a decir que no sabías? - agregó Maxi y me tuve que sostener de su hombro para no desmayarme
- Me están jodiendo? - no sabía si llorar, alegrarme por él o salir corriendo y tomarme el primer avión
- Si - largó Agus junto con una carcajada
- Feliz día de los inocentes amiga - me abrazó Maxi y le pegué como pude
- Los odio, te juro que los odio.

Jenny siguió bailando y riéndose con Julian hasta que Agus fue a reclamarla, por así decirlo. Desde entonces todo se volvió tan incómodo. Éramos Maxi, Julian y yo, los tres bailando en ronda sin decir ni una palabra, simplemente mirándonos entre nosotros. Maxi nos miraba a ambos sin saber que hacer y yo lo miraba a él, rogándole en silencio que no nos dejara solos. Julian por su parte seguía igual de relajado, como si fuera lo más normal del mundo verme después de cuatro años.

Cada tanto lo miraba fijo pero me ponía tan incómoda que se animara a sostenerme la mirada que inevitablemente me hacía la boluda. No podía controlar más los nervios, no podía respirar su mismo aire y simular que nada me pasaba, no me sentía cómoda estando ahí.

- Jenny me quiero ir - susurré en su oído mientras la apartaba de su novio
- Qué? Por qué? No, no me hagas esto, por favor
- Pero no puedo, estoy incómoda, me pone nerviosa
- No era que lo habías superado? - rió y bufé
- Se ve que no
- Y entonces? Anda y hablale, no seas boluda
- De qué querés que le hable? Te acordás de quien dejo a quien o hace falta que te cuente?
- Uh, eso fue hace cuatro años Oriana, cuatro, no seas orgullosa - dijo desesperada y reí, nerviosa.

Sin prestarme mucha más atención volvió con Agustín y me dejó ahí parada, sola. Acababa de terminar la botella de cerveza y eso solo me provocó más ganas de volver a aquel asqueroso baño. Bufé rendida y empecé a caminar entre la gente hasta allí.

Grité algo enojada cuando sentí que tiraron de mi brazo hasta hacerme girar en el lugar.

- Qué haces?

martes, 30 de diciembre de 2014

CAPITULO 60

Cuatro años pasaron, para ser exactos. Cuatro años viviendo en un país que no era el mío, extrañando a mi gente, mis amigos, mi casa.

Estaba recién recibida, por fin, después de tantos años de sacrificio y estudio, tenía finalmente el título. Por lo que había hablado con Jenny, ella estaba rindiendo los últimos exámenes, también a punto de terminar la carrera. A pesar del tiempo y la distancia no habíamos perdido el contacto, seguíamos teniendo tanta confianza como antes y nos contábamos absolutamente todo.

Un montón de cosas habían cambiado en Buenos Aires, Jenny y Pablo terminaron hace casi un año y ahora estaba de novia con Agustin, increíblemente enamorados. No se cómo pasó pero era algo que jamás hubiera podido imaginar. Por otro lado, Maxi se peleó con la novia después de muchos años juntos y ahora era el soltero del grupo, el que siempre quería salir de joda y emborracharse, qué ironía.

Yo en cambio seguía sola, aunque en todo este tiempo probé con varios chicos, nunca terminaba por engancharme del todo, con ninguno. Con el que más duré fue aproximadamente medio año, entre idas y vueltas, pero aunque quisiera no podía quererlo más que como a un amigo.



Estaba en el aeropuerto contando los minutos que faltaban para embarcar. No podía más con mi ansiedad, quería llegar ya a Argentina. Mañana era la fiesta de graduación de mi mejor amiga, lo había conseguido, tal y como habíamos soñado toda la vida, nos habíamos recibido a la misma vez. Todo esto era una sorpresa, quería aparecer en esa fiesta sin que ella sepa nada.

Lo tenía a Agus de cómplice, él me fue a buscar al aeropuerto y me llevó a comer por ahí antes de dejarme en mi viejo departamento. Lo extrañaba horrores, y lo vi tan cambiado que me emocionó. Estaba mucho más grande, maduro, e igual de divertido que siempre. Lo cargué un montón con el tema de su relación con Jenny, lo había jodido tanto a Maxi y ahora era él el casado y enamorado, y nada más ni nada menos que de nuestra amiga, va, mi amiga.

Me pasé todo el día arreglando el departamento, me parecía mentira volver a estar acá después de tantos años. Me llené de recuerdos a medida que lo recorría, y recién en ese momento me acordé de Julian. Lo tenía tan superado que hace tiempo no pensaba en él, pero al estar ahí, fue inevitable. Me pregunté que sería de su vida, si seguirá igual de mujeriego que antes, si habrá sentado cabeza de una vez por todas, y si seguirá viviendo acá al lado. Un montón de preguntas que no tenían respuesta.

Finalmente me empecé a preparar para la fiesta, elegí un vestido negro, ajustado y bastante corto, junto con unas plataformas del mismo color. Pinté mis labios de un color bordó y apenas me delineé los ojos. Me mire mil veces en el espejo antes de salir, me pasaba a buscar Maxi, y apenas tocó el timbre bajé las escaleras prácticamente corriendo. Lo abracé apenas me subí al auto, no era consciente de lo que los extrañaba hasta ahora que los volvía a ver.

Estaba igual, no se notaba tanto el cambio como en Agus, él siempre había parecido más grande que el resto. No paré de sonreír durante todo el camino, no podía creer volver a estar los cuatro juntos, y tenía una ansiedad que no podía controlar.

Después de un viaje un poco largo llegamos finalmente al salón, y entré detrás de Maxi. El lugar era bastante amplio y ya estaba casi lleno, teniendo en cuenta que recién eran la una de la madrugada. Me dio un poquito de nervios estar ahí, no sabía con lo que me podía encontrar y moría de ganas de verla ya a mi amiga. Mientras la buscábamos me encontré con varios chicos de la facultad, de nuestra generación, algunos festejando que se graduaban y otros que abandonaron o se atrasaron pero seguían viéndose. Me encontré con Nico y lo abracé hasta dejarlo sin aire, estaba tan lindo y grande, con él había hablado los primeros meses después de haberme ido pero con el tiempo perdí el contacto, y me llenó de nostalgia volver a verlo.

- Vení Ori, creo que la vi a Jenny - dijo Maxi tirando de mi brazo y le hice señas como pude a Nico de que después nos veíamos
- Ay bruto, donde?
- Allá en la barra - gritó señalando y sí, ahí estaba, tomando un trago abrazada del cuello de Agustín.

Estaba de espaldas así que fui directo hacia ella, tapándole los ojos con ambas manos.

- Pablito - gritó entre risas y Agustín se soltó de su agarre, lo que la hizo reír más - Bueno, no se, me rindo!
- Cómo no me vas a reconocer? - grité para que me pudiera escuchar por encima de la música y pegó un grito ensordecedor a medida que se daba vuelta.

Le dediqué una sonrisa de oreja a oreja y se abalanzó sobre mi, abrazándome por el cuello con efusividad.

- Orianaaaaa - gritaba sin parar y yo no pude evitar largar una carcajada
- No sabes lo que te extrañaba - dije cuando nos separamos y tocaba mi cara corroborando que era yo
- Ay yo también, yo también - volvió a abrazarme emocionada - Qué haces acá loca? Cuando volviste?
- Ayer, quería darte una sorpresa
- Ay te amo, te amo - gritaba, cómo podía ser que ya estuviera en pedo?
- Felicitaciones psicóloga - grité y rió
- Lo mismo digo - volvió a abrazarme pero esta vez la aparté yo
- Bueno, bueno, pedime algo para tomar, dale.

Se acercó a la barra y me pidió un trago, el cual me extendió a los pocos minutos, mientras yo hablaba con Agus. Una cosa era que me lo dijeran, pero verlos juntos, era algo que todavía me costaba asimilar.

- Y? - gritó Jenny - Viniste para quedarte?

CAPÍTULO 59

Me desperté con un mareo que solo me provocaba ganas de vomitar. Respiré hondo y mire a mi alrededor, definitivamente no estaba él, y su lugar lo ocupaba la botella vacía de la noche anterior.

Tenía un par de llamadas perdidas de mamá y unos mensajes.

"Conseguí pasaje para dentro de dos días, te parece bien? Reservo dos y venís con tu novio? Lo quiero conocer"

Bufé.

"No tengo novio mamá, saca uno solo para mi"

Tenía también varios mensajes de Jenny preguntándome cómo había salido todo, pero opté por ignorarlos y seguir intentando dormir. Fue en vano, obviamente, lo único que daba vueltas en mi cabeza, aparte del alcohol, era él.

Me pasé todo el día en la cama, llorando, comiendo, y mirando películas de amor con finales trágicos. A eso de las nueve de la noche sonó el timbre, pero mis ganas de estar con gente eran nulas. Corrí igualmente hasta la puerta y miré por el agujerito antes de abrir. Jenny. Quedó dura cuando vio mi estado, se ve que no esperaba encontrarse con algo así.

- Qué te pasó? - preguntó seria mientras se acercaba para abrazarme fuerte.

Ese abrazo fue lo que me faltaba para inundarme en lágrimas. Me venía conteniendo bien pero eso fue el límite.

- Me dejó - tartamudeé entre tantas lágrimas.

Se separó enseguida de mí y me miró incrédula. Asentí como para confirmarle que le estaba diciendo la verdad y ella tapó su boca con ambas manos. Me ayudó a sentarme en el sillón y se sentó a mi lado, mirándome igual de sorprendida que hace unos segundos.

- Cómo? Cuándo? Por qué?
- Dice que no me quiere lastimar pero que no puede o no le gusta estar de novio, que se yo
- Ah no, que pendejo de mierda, lo voy a matar - dijo con bronca y me encogí de hombros - Y qué pensás hacer? Lo vas a esperar o...
- Me voy
- Qué? - gritó, abriendo bien los ojos
- A Venezuela, con mi familia, me voy - dije y negó con la cabeza - No quiero verlo más, no quiero vivir acá sabiendo que él está del otro lado, siguiendo con su vida como si nada, sin mi
- No es la solución, lo sabes
- Si que es la solución, necesito alejarme, estar lo más lejos posible de todo lo que me recuerde a él. Y qué mejor que estar con mi familia?
- Y yo? Y tus amigos qué? - preguntó con lágrimas en los ojos
- Me podes ir a visitar en las vacaciones, vamos a hablar todos los días por skype, no se, vamos a estar en contacto siempre
- Te voy a extrañar mucho - dijo volviendo a abrazarme
- Yo también, pero bancame en esta, por favor - supliqué y ella se separó asintiendo
- Cuando te vas?
- En dos días
- Qué? Pero no tenés nada preparado
- No, me querés ayudar? Y de paso me despejo un poco
- Obvio, si, no me pienso mover de acá hasta que te vayas, te aviso - dijo y ambas reímos.

Y así fue. Mi amiga me ayudó a armar la valija y a dejar el departamento lo más ordenado posible. Los días que restaron se quedó conmigo, todo el tiempo, bancándome e intentando que pensara el menor tiempo posible en él. También estuvieron Maxi y Agus, hicimos una especie de despedida y me prometieron que Julian no se enteraría de nada hasta no estar fuera del país. No quería ni escuchar su nombre, sentía una bronca que no podía controlar.


Mientras hacía el check-in pensaba en todo lo que estaba dejando atrás, a lo que me enfrentaba, la cantidad de cosas que iban a cambiar a partir de ahora. Seguir mi carrera en una facultad allá, con nuevos compañeros, sin Jenny. Tener que hacer amigos, salir de mi nueva casa todos los días sabiendo que del otro lado no estaba Julian, y que nunca más iba a estar ahí. No pude evitar las lágrimas en el momento antes de embarcar, en el que me despedí de mi mejor amiga, con un abrazo tan sincero que probablemente no iba a olvidar nunca.

Le tenía muchísimo miedo a los aviones, así que cerré los ojos con fuerza en el momento del despegue y estuve todo el viaje con los auriculares puestos y el volumen al máximo, intentando no pensar en nada. Por suerte en pocas horas estaba ya en el aeropuerto, caminando hacia quien sabe donde con mi valija en mano y en busca de mi familia.

Hasta que por fin la vi a mamá, tan exagerada y eufórica como siempre, levantando las manos y haciendo gestos muy graciosos para que la viera. Corrí a abrazarla y por primera vez desde todo lo ocurrido me sentí en paz. Con ella, con mi hermana, eran todo lo que necesitaba para sanarme.


Un par de semanas pasaron y fin de año. En estos días había aprovechado para recorrer un poco, pensar, estar en familia. Hablaba con Jenny todos los días por skype y con Maxi y Agus hablábamos mucho por whatsapp. Me había inscripto en la facultad de psicología de acá, por suerte me revalidaron las materias y estaba al día. Eso era una de las cosas que me dejaban tranquila, saber que iba a poder seguir estudiando lo que me apasiona sin ningún obstáculo, tal como si estuviera en Argentina.

De Julian no supe nada, por suerte, no tenía ningún interés tampoco. A Jenny le tenía prohibido nombrarlo y los chicos se daban cuenta y ni siquiera lo mencionaban.

Se acercaba la media noche y estábamos festejando a lo grande. Por mi parte no estaba muy entusiasmada, no este año que sabía que todo iba a cambiar. Más que emoción sentía alivio por terminar este año que había sido pésimo y miedo por empezar uno nuevo, lleno de cambios e incertidumbre.

Brindamos todos juntos y no pude evitar pensar en él, en lo que me hubiera gustado compartir este momento juntos. No pude disimular mi cara de tristeza y Titi me abrazó con fuerza, mientras todos gritaban emocionados y se deseaban un feliz año. Feliz? Qué puede tener de feliz?

Al poco rato mi celular comenzó a vibrar. Tenía un montón de mensajes de los chicos, ya algo borrachos deseándome un buen año. Tenía también un mensaje de un número desconocido y no dudé en abrirlo.

"No te quise joder antes porque supuse que no querías saber más nada conmigo, pero me enteré que te fuiste y me parece una locura, no era necesario, no por mi. Me cuesta mucho escribirte y hace horas, días, semanas, que estoy escribiendo y borrando este mensaje. Quería que sepas que a pesar de como terminó todo, fuiste lo mejor que me pasó en el año y que no me arrepiento de nada de todo lo que vivimos juntos. Ojalá seas muy feliz allá y encuentres todo lo que yo no te pude dar. La vida nos va a volver a cruzar y espero que sea en el momento adecuado, porque como te dije, se que vamos a terminar juntos. Te amo más de lo que pensás y te deseo un muy buen año, que todo lo que sueñes se cumpla y seas feliz, hoy y siempre!"

Terminé de leer su mensaje en un llanto desconsolado. No podía amarlo más, y jamás pensé que estando tan lejos y después de cómo había terminado conmigo, iba a querer estar con él de todas formas.

No le contesté porque me dolía pensar en la cantidad de verdades que le hubiera dicho, o quizá por orgullo, pero no volví a saber nada de él en años.